Hace cinco años se abrió el proceso para solicitar el título de Enfermero especialista por vía excepcional en Enfermería Pediátrica. Un proceso que culminó el pasado 22 de noviembre con la realización de la última convocatoria de la prueba. Un largo procedimiento para dar un paso más hacia la especialización de la enfermería que relatan enfermeras oscenses.
Muchos de los 14.000 aspirantes de toda España desistieron tras el largo periodo de tiempo. Los que fueron han coincido en que los exámenes fueron difíciles y alejados de la práctica clínica. En estos términos se expresan, Carmen Juanín y Alicia Bernués, enfermeras del hospital San Jorge de Huesca que asistieron a la prueba. Tras más de 30 años de experiencia en este área, Bernués considera que tuvo que aprender a hacer el examen entre la primera y la segunda convocatoria, “porque se tenía que contestar con talento, no con experiencia”. Y aporta un dato, solo el 10% de los aspirantes del examen del sábado de la primera convocatoria, aprobaron, y de los del domingo, fueron un 60%.
Y es precisamente ahí donde también se centran las críticas: muchas de las preguntas y casos clínicos se repitieron de un día para otro, cuando los exámenes se habían filtrado por los aspirantes del primer día.
Además en la primera convocatoria hubo mucha pregunta médica, que cambió en la segunda convocatoria con teoría enfermera, siendo un examen demasiado teórico, donde se preguntó por autores, en una prueba en la que se busca que los profesionales demuestren su conocimiento de un área avalados por su experiencia.
Estas enfermeras tuvieron que hacer un fuerte esfuerzo para presentarse a la prueba: “ha habido días que me he levantado a las 4 de la mañana para estudiar”, explica Juanín, porque tras el primer examen se dio cuenta que el examen no era sobre su práctica habitual “y si te tienes que leer todas las teorías de todos…”. Y es que, muchas de las preguntan, denuncian, estaban lejos de la práctica: “la practica diaria es lo que es importante y cada cual tiene un estilo de trabajo. El examen esta puesto a gusto de quien lo ha elaborado”, manifiesta Alicia Bernués.
Otra de las objeciones al examen es que había que ir a Madrid para hacerlo, con el esfuerzo personal y económico que ello conlleva. “El modelo EIR está instaurado. Cada persona se examina en su Comunidad Autónoma al mismo tiempo. No hace falta ir hasta Madrid”, considera Bernués. Además, Carmen Juanin aporta el dato económico, “los hoteles costaban más de 200 euros”, al coincidir la segunda convocatoria con el partido de fútbol Real Madrid-Barcelona.
¿Y porque todo este esfuerzo? Por conseguir la especialidad, que aunque actualmente no está vinculada al puesto de trabajo, para Bernués “es un derecho y un deber” y para Juanín “por amor propio profesional”. Además, explican que “siempre hemos luchado por la especialidad” y esto es un paso más hacia esa especialización de la enfermería.
Una especialidad que “tendrá su recompensa” a juicio de Susana Lacasa, algo más joven, que considera que “toda la enfermería va a tender a la especialización”.