Montaña Salud y Seguridad: Botiquín básico para baja y media montaña

La montaña es un entorno maravilloso, pero también impredecible. Una simple caminata puede convertirse en un desafío si no vamos bien preparados. Aunque no podemos llevar la consulta médica en la mochila, sí podemos incluir un botiquín compacto y funcional que nos ayude a gestionar pequeños incidentes y a mantenernos seguros hasta recibir ayuda si fuese necesario.

Nuestra compañera, la enfermera de la estación de esquí Astún-Candanchú, Elena Izquierdo, nos propone una lista de elementos básicos para un botiquín personal ligero, ideal para excursiones de uno o pocos días en nuestras montañas, sin grandes altitudes ni condiciones extremas.

Cada montañero debe diseñar su botiquín según sus necesidades, teniendo en cuenta varios factores:

• Peso y volumen: Lo justo y necesario, sin excesos.
• Duración de la actividad: No es lo mismo una salida de unas horas que una travesía de varios días.
• Aislamiento de la zona: Cuanto más remoto el lugar, más autonomía y necesitaremos.
• Capacidad de improvisación: En la naturaleza, a veces hay que ser creativos con los recursos disponibles. Podemos utilizar “medios de fortuna” como camisetas, sabanas, puertas, ramas…en un momento dado ante una fractura o luxación para realizar inmovilizaciones de miembros o movilizaciones de heridos en el medio natural.
• Conocimiento del material: De nada sirve llevar lo que no sabemos usar.
• Protección del contenido: Guardar el material en un recipiente estanco o bolsa hermética lo protegerá de daños por mal tiempo o en actividades como el barranquismo.

1. Protección térmica y emergencia

Manta térmica: Un elemento ligero pero vital en caso de emergencia. Refleja hasta el 90% de la radiación infrarroja del cuerpo y es impermeable, lo que ayuda a mantener el calor incluso en condiciones adversas.

Puede marcar una gran diferencia en situaciones de hipotermia o inmovilización prolongada. Si la temperatura exterior es superior a 0 °C, puede elevar la temperatura corporal en 5-8 °C; si es inferior a 0 °C, la subida será de 3-4 °C.

2. Analgésicos y medicación personal

Ibuprofeno (600 mg): Un antiinflamatorio y analgésico útil para tratar dolor muscular, articular o inflamaciones. También se emplea en congelaciones para reducir el daño inflamatorio. No debe tomarse en caso de úlcera gastroduodenal.

Analgésico (Paracetamol 1 g o Ácido Acetilsalicílico 500 mg): Para aliviar el dolor moderado. El ácido acetilsalicílico está contraindicado en personas con alergia, asma o úlceras digestivas.

Medicación personal: Si tomas medicación habitual (para alergias, migrañas, hemorroides, acidez de estómago, insulina, adrenalina precargada, etc.), no olvides incluirla en el botiquín. Evita formatos que puedan alterarse con el calor, como supositorios.

Instrucciones de uso de los fármacos: En situaciones de estrés o si alguien más necesita ayudarte, es importante contar con indicaciones claras sobre las dosis y administración de los medicamentos.

3. Material para heridas y cortes

Aguja: Útil para evacuar ampollas por rozadura, extraer espinas o pinchos clavados, e incluso, si se calienta al rojo vivo, puede emplearse para drenar un hematoma subungueal (sangre acumulada bajo la uña tras un golpe).

Hoja de bisturí: Pequeña, ligera y eficaz para realizar cortes precisos en caso de necesidad.

Antiséptico: Las heridas pueden limpiarse con agua potable, pero un extra de protección nunca está de más. Una opción práctica es llevar una esponja jabonosa o antiséptico en formato pomada o monodosis para evitar derrames accidentales.

Apósitos para ampollas: Indispensables para prevenir que una simple rozadura se convierta en una lesión incapacitante durante la ruta. Son útiles para proteger la piel en zonas de fricción.

Gasas estériles (20×40 cm): Para cubrir heridas y evitar infecciones antes de aplicar un vendaje o ejercer presión para detener una hemorragia.

Venda de crepé: Ideal para fijar un apósito, aplicar compresión en caso de inflamación o esguince, o incluso para improvisar una inmovilización en caso de lesión más grave.

Cinta americana: Mucho más versátil que el esparadrapo tradicional. Se adhiere en condiciones extremas, puede ayudar a reforzar vendajes e incluso sirve para reparar equipo o ropa dañada en plena ruta.

4. Prevención y supervivencia

Rotulador permanente: En caso de emergencia, puede servir para anotar información importante (como la hora de una toma de medicación o signos vitales) sobre la piel o material del equipo.

Protección solar (FPS 30 o superior): La exposición prolongada al sol puede provocar quemaduras graves, incluso en días nublados o en invierno. Un protector solar ayuda a prevenir daños en la piel.

Tabletas potabilizadoras de agua: Imprescindibles si no llevamos suficiente agua o si necesitamos beber de fuentes naturales dudosas. Unas pocas pastillas pueden hacer potable varios litros de agua. También existen botellas con filtro incorporado que protegen contra bacterias, parásitos y microplásticos…

Repelente de insectos: Evita picaduras molestas o incluso peligrosas en zonas donde los insectos pueden transmitir enfermedades o provocar reacciones alérgicas.

Linterna – frontal – Silbato: además de para iluminar el camino , se pueden usar para hacer señales. El silbato nos puede servir para pedir auxilio en caso de emergencia. Este tipo de accesorio es un ejemplo de multifuncionalidad que tenemos que buscar en nuestras equipaciones para economizar en peso y espacio. Hay mochilas que también llevan el silbato incorporado en la hebilla.

5. Extras para el bienestar y la seguridad

Teléfono móvil con batería llena: Fundamental para emergencias. Llevarlo apagado o en modo avión cuando no se use ayuda a conservar la batería.

Power Bank solar: nos permite cargar el teléfono si nos quedamos sin batería, cuando no hay corriente eléctrica.