COLEGIO OFICIAL DE ENFERMERÍA DE HUESCA .-La lactancia materna es el mejor inicio en la vida de un recién nacido, pero su éxito no depende solo de la leche: influyen el momento de inicio, la forma de ofrecerla y el agarre correcto. Tres claves sencillas que marcan la diferencia.
La lactancia materna es el alimento ideal para el recién nacido, pero su éxito depende de tres factores clave que deben conocer tanto las familias como los profesionales sanitarios:
Inicio precoz
Comenzar la lactancia en la primera hora tras el nacimiento es fundamental. En ese momento el bebé está en fase de máxima alerta, lo que facilita comprobar que su sistema digestivo funciona, recibir las primeras defensas del calostro y favorecer la eliminación temprana del meconio.
A demanda
El bebé debe mamar “cuanto quiera y cuando quiera”. Esto asegura que reciba un aporte nutricional completo y que la madre mantenga la producción de leche gracias al vaciado regular del pecho. No existen horarios fijos: cada lactante regula su propia necesidad.
Posición y agarre correcto
La postura y la forma en que el bebé se agarra al pecho son determinantes para una lactancia cómoda y eficaz. El cuerpo del niño debe estar alineado con el de la madre, en posición “barriga con barriga”, de modo que no tenga que girar la cabeza. La boca se abre ampliamente y cubre la mayor parte de la areola, no solo el pezón. Los labios se colocan hacia afuera, en forma de “pez”, y la lengua envuelve el pezón por debajo.
Un agarre adecuado se reconoce porque las mejillas del bebé se ven redondeadas, sin hoyuelos, y la mandíbula se mueve de manera rítmica, acompañada a veces de pequeños movimientos en las orejas y sienes. La succión empieza de forma rápida para estimular la bajada de la leche y luego se hace más profunda y pausada. Durante la toma, el pecho se va ablandando y la madre no siente dolor ni observa el pezón deformado al terminar. Cuando esto ocurre, el bebé suele soltar el pecho espontáneamente, señal de que está saciado.
Un buen agarre previene problemas frecuentes como grietas, mastitis o ingurgitación mamaria, y garantiza que el niño reciba la leche de forma eficaz. En definitiva, es la clave para una experiencia de lactancia positiva y duradera.
🤱 Consejos prácticos para una buena lactancia
- Inicia la lactancia en la primera hora tras el parto
- Ofrécele el pecho a demanda, sin horarios rígidos
- Coloca al bebé “barriga con barriga”, con la cabeza y el cuerpo alineados
- Asegúrate de que la boca cubre gran parte de la areola y no solo el pezón
- Comprueba que los labios están evertidos (en forma de “pez”)
- Observa que las mejillas se ven redondeadas y sin hoyuelos
- La toma debe ser indolora y el pezón no debe salir deformado
- El bebé suele soltar el pecho espontáneamente cuando ha terminado.
Indicadores de un agarre correcto
- La cabeza queda bien a la altura y enfrentada del pecho de la mamá
- La boca está abierta en su máxima amplitud posible
- La succión se inicia con un ritmo rápido para estimular la bajada de la leche, pero luego cobra un ritmo lento y profunda con pausas momentáneas
- La cabeza y el cuerpo del bebé están alineados
- La mandíbula inferior se mueve hacia arriba y abajo. La oreja y la sien también se mueven
- Las mejillas se ven redondeadas y sin hoyuelos
- No se escuchan chasquidos
- El pezón no se siente dolorido ni sale deformado con forma de barra labial al finalizar la toma
- La lengua envuelve el pezón por debajo
- Los labios están evertidos en “forma de pez”
- El cuerpo del bebé debe quedar bien en paralelo al cuerpo de la mamá, “barriga con barriga”
- Se puede oír cómo traga, pero no es excluyente de un agarre adecuado
- El pezón y la mayor parte de la areola quedan dentro de la boca del bebé
- La barbilla está rozando el pecho. La nariz puede estar rozando también, o no
Fuente: Guía de recomendaciones prácticas en enfermería “Nutrición en el niño sano”